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Medicamentos de Alto Riesgo

¿CUÁLES SON?

Son medicamentos de alto riesgo los que en caso de cometerse un error en su utilización tienen un “riesgo” muy elevado de causar daños graves o incluso mortales.

No hablamos de frecuencia de errores, sino que en caso de producirse un error, las consecuencias para los pacientes podrían ser graves. Por ello, los medicamentos de alto riesgo serán prioritarios en todos los programas de seguridad del paciente que se trabajen en los hospitales.


GRUPOS TERAPÉUTICOS DE MAYOR RIESGO

Medios de contraste IV; sustancias inotrópicas IV (ej. digoxina, milrinona); adrenérgicos IV (ej. adrenalina, dopamina, noradrenalina) antiarrítmicos IV (ej. amiodarona, lidocaína); anticoagulantes orales directos (ej. dabigatrán) y cumarínicos (ej. acenocumarol); bloqueantes neuromusculares (ej. rocuronio, vecuronio) heparinas; medicamentos para vía epidural o intratecal; medicamentos liposomales; opiáceos IV, transdérmicos y orales, Hipnosedantes IV (ej. midazolam), electrolitos (ej. Cloruro de Potasio)



PRÁCTICAS PARA USO MÁS SEGURO DE LOS MEDICAMENTOS DE ALTO RIESGO

Consisten en simplificar y estandarizar los procedimientos; incorporar barreras o restricciones que limiten u obliguen a realizar los procesos de una determinada forma y optimizar los procedimientos de información.


Ejemplo de ampollas de diferentes grupos terapéuticos pero muy similares, que pueden originar el error.


Las siguientes son prácticas que disminuyen la posibilidades de cometer errores con los medicamentos de ALTO RIESGO:

a) Introducir barreras que eliminen o reduzcan la posibilidad a través del reenvasado o la identificación de los grupos terapéuticos de alto riesgo

b) Alertar con dispositivos o etiquetas las drogas de alto riesgo evitando de esta manera su posible inyección intravenosa accidental

c) Los medicamentos de alto riesgo incluidos en la Guía Farmacoterapéutica

deben revisarse de manera continua para evitar errores ocasionados por nombres

parecidos o apariencia similar de envase y etiquetado.

d) Reducir el número de opciones, por ejemplo, en lugar de disponer de morfina oral al 1% y al 10%, utilizar sólo la presentación del 1%.

e) Usar técnicas de “doble chequeo”.

f) Disponer de bases de datos de medicamentos integradas en los programas de prescripción y dispensación que alerten de situaciones potencialmente peligrosas o erróneas (límites de dosificación, interacciones, etc.) a la hora de prescribir o dispensar los medicamentos.

g) Estandarizar la dosificación.

h) La información del paciente y el tratamiento que recibe debe ser accesible a todos los que participan en su cuidado. Los datos incluirán peso, edad, alergias, resultados de laboratorio, diagnóstico y tratamiento del paciente.

i) Educación y participación del paciente.


EVALUACIÓN EXTERNA DE LAS PRÁCTICAS LLEVADAS A CABO EN EL HOSPITAL

Consultorías externas como las que realiza Consulfarma pueden evaluar la seguridad del sistema de utilización de los medicamentos de alto riesgo en las instituciones hospitalarias.

Consulfarma realiza cuestionarios de evaluación en cada uno de los sitios donde se trabaja con medicamentos: compra - almacenamiento - prescripción - dispensación - administración, e identifica problemas o fallas para ser reconvertidas en una oportunidad para la mejora de la seguridad del paciente, el cuidado de los medicamentos, y la protección de los trabajadores de la salud.









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