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Inflación en medicamentos en junio de 2019 y cómo se fijan los precios en Argentina.

Según la investigación realizada por el grupo de trabajo de Farmascopionet la inflación de los medicamentos durante junio de 2019 fue del 3.01%. Se evaluaron 67 productos de alto consumo por ser en su mayoría medicamentos para el tratamiento de enfermedades crónicas como antihipertensivos, antiasmáticos, para el tratamiento del colesterol, ansiolíticos, antibióticos y para la prevención de las úlceras gastrointestinales y el tratamiento de la diabetes. Y en todos estos casos son medicamentos que deben dispensarse con receta médica.

En el caso de los medicamentos de venta libre nuestro índice volvió a marcar un récord desde el 2013, año en que comenzamos con las mediciones, ya que el aumento junio 2018 a junio 2019 fue del 91.78%.

Vemos el gráfico anual del índice de medicamentos de venta libre aquí:

FIJACIÓN DE PRECIOS DE MEDICAMENTOS EN LA ARGENTINA

El sistema de fijación de precios que hoy existe en Argentina es sencillo por un lado pero complejo para cuando llega al mostrador de las farmacias. Funciona exactamente al revés que la mayoría de los rubros de venta de productos. Ya que el precio final lo establece el propio fabricante y no las reglas del mercado.

Actualmente, el precio de los medicamentos está completamente exento de todo tipo de regulación por parte del Estado. Aunque su provisión está considerada un servicio público, no existe ninguna entidad estatal que controle los precios, y que ni siquiera pregunte a los laboratorios elaboradores el porqué del precio fijado. El formador del precio es el laboratorio productor de su marca comercial. Que define el precio y lo da a conocer en dos publicaciones: el Manual Kairos y el Manual Farmacéutico. De estas publicaciones surgen los precios que son tomados por las farmacias. Y ese es el PVP o precio de venta al público.

Ahora bien, cuando una persona compra un medicamento, en realidad no lo hace, sino que paga un servicio, por lo que no es una venta y sí una dispensa. El farmacéutico recibe un honorario, que en nuestro caso está sujeto al precio del producto. En realidad, el honorario no lo recibe el farmacéutico, sino el dueño de la farmacia, que según la jurisdicción o la forma societaria puede o no ser del farmacéutico. Acá nos interrogamos: ¿Qué pasaría si el farmacéutico recibiera un honorario por cada medicamento que dispensa sin importar el precio? ¿Porqué el dueño no farmacéutico percibe ese honorario?

Entonces aquí tenemos una primera distorsión de la realidad comercial del medicamento: Tiene un precio no regulado por el estado, establecido por laboratorios privados, pero ese precio involucra el honorario del dispensador, es decir de un profesional que brinda un servicio de salud pública, dentro de una organización privada como es la farmacia.

Para complejizar aún más el tema es importante tener en cuenta que estas particularidades del mercado farmacéutico también involucran a los regímenes de seguridad social, es decir, siempre que un paciente compra a través de su prepaga o de su obra social, con sus descuentos incluidos, impactan en los honorarios profesionales, y en los costos que a la vez surgen de convenios que se hacen en base a los precios del Manual Farmacéutico y del Manual Kairos, fijados por la industria farmacéutica.

Como vemos, son muchos los factores, algunos sin ningún tipo de control o regulación, que hacen que los precios de los medicamentos, tengan una singularidad muy especial. Fuentes: Manual Farmacéutico y datos propios.

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