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1000 millones de dosis de vacuna contra el coronavirus

En abril el gobierno de los Estados Unidos otorgó a Moderna un contrato de U$ 483 millones para que el laboratorio biofarmacéutico elabore la vacuna contra el COVID19.

Entre los muchos laboratorios alrededor del mundo en búsqueda de la vacuna, Moderna fue uno de los primeros en tener una vacuna experimental, llamada ARNm-1273. Y ahora el laboratorio reveló el diseño de un ensayo clínico: dos inyecciones de ARNm-1273, con 28 días de diferencia, para 600 voluntarios sanos que recibirán un placebo o una dosis baja (50 microgramos) o alta (250 microgramos) de la vacuna. La mitad de esos pacientes tendrá entre 18 y 55 años, la otra mitad será mayor de 55 años.

Pero además de la vacuna, se necesita tener capacidad de producción. Que Moderna no la tiene, pues, aún no ha lanzado ningún producto al mercado, y mucho menos una vacuna durante una pandemia mundial. Entonces, ha iniciado una alianza con el fabricante suizo Lonza.

Lonza es una multinacional nacida en los Alpes suizos en 1897 y provee productos a los mercados farmacéutico, biotecnológico, agrícola, de higiene y de protección de recursos naturales. A pesar que muchos no la conozcan tiene una representación en la Argentina, con sede en Escobar. Y su actividad se extiende en todos los continentes.

Por otra parte Moderna tiene en desarrollo varios modelos de vacunas: para Zika (1), Citomegalovirus (2), Virus Chikungunya (3), entre otros, mediante la evaluación de terapias de investigación de ARNm, y que están en las primeras fases de investigación pero con clinical trials ya aprobados.

Ahora, ha utilizado parte de toda esa cantidad de plata que le concedió el gobierno norteamericano, para alcanzar un acuerdo con Lonza. Y así tener la capacidad de producir 1000 millones de dosis de vacuna para coronavirus al año (4). Capitalismo eficiente con dinero del Estado, en el centro del capitalismo.

Dada la urgencia del brote de coronavirus, las compañías están operando a una velocidad vertiginosa para prepararse con posibles lanzamientos. Entre ellos se encuentran los gigantes farmacéuticos como Johnson & Johnson, Sanofi, GlaxoSmithKline, AstraZeneca y Pfizer. Pero además cada uno cooperando a veces con otro, en algunos casos también con laboratorios chinos, en otros con laboratorios menos conocidos en el mercado de consumo masivo y en muchos casos con la ayuda económica de los Estados para desarrollar las vacunas necesarias para combatir la pandemia.

De esta nota surgen algunos interrogantes:

1) ¿Ante tanta cantidad de dinero invertido por el Estado, habría un dueño de la propiedad intelectual? ¿Sería justo que otros estados tengan que pagar para acceder al conocimiento?

2) ¿Qué pasaría si nuestro Estado le otorga una partida de casi U$ 500 millones al Instituto Malbrán para que se asocie a la Universidad y a un laboratorio farmacéutico instalado en el país y desarrollen la vacuna? Son inimaginables los beneficios aunque no logremos tener la vacuna en el corto plazo. La cantidad de proyectos y conocimientos que surgirían y emanarían de esa inversión superaría los costos de inversión. El conocimiento derramaría la copa del subdesarrollo, alimentado los distintos ríos de la ciencia. Y finalmente esos ríos regarían a toda la sociedad, siendo todos los beneficiados.

Referencias:

4 - Acuerdo Moderna - Lonza. 1 de mayo de 2020. Para alcanzar esa producción la experiencia con la dosis de 50 microgramos deberá ser exitosa. Ver acuerdo aquí

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